Desde hace un tiempo hay mucho revuelo en la tropa… Es que falta un mes para el campamento. Todo es actividad, preparativos, planes, carpas, baterías de cocina…; en fin, los detalles se van teniendo en cuenta para que todo salga bien.

¡Qué bueno es eso!; fijarse metas y, para llegar a ellas, poner en juego todas nuestras facultades.

Es algo apasionante y es toda una aventura, como asimismo apasionante y aventura es nuestra vida cuando a ella le fijamos metas, bien pensadas, a las que nos esforzamos por llegar, aun a costa de sacrificios, al igual que a este campamento, que nos está costando mucho trabajo.

Fijarse metas en la vida es cosa muy digna del hombre, ya que le obliga a crear, prever, trabajar:

  • Con fe en sí mismo
  • Y con la esperanza puesta en el éxito

¡Qué pena dan esos muchachos que están boyando a la deriva, sin saber adónde ir, ni qué hacer, faltos de ideales, que llenen su vida! Son los eternos niños con sus infantilidades “matando” el tiempo en la calle, incapaces de leer un buen libro o de gozar del aire puro en el deporte o en un paseo, solamente predispuestos para los placeres fáciles y superficiales.

Esto, por cierto, no es digno de un scout como tú.

Recuerda que “en la vida vamos a ser lo que sean nuestros ideales” …

Podríamos decir que hay una sola meta, la que nos enseñaron en la manada: “Siempre Mejor” …

Es algo que está enraizado en la misma naturaleza del hombre el deseo de ser mejor en todo.

Este anhelo íntimo lo ha puesto Dios en nosotros y Jesús nos lo recuerda cuando dice: “Sean perfectos como mi Padre celestial es perfecto” …

El aprender a hacer bien un nudo, un vendaje; aprender los teléfonos de urgencia, primeros auxilios; guiarte por las señales de pista, interpretar la brújula, la buena acción de cada día… son otros tantos intentos de ser cada vez mejores y con ello estamos cumpliendo con lo que Dios pide de nosotros…, pero para todo esto debemos poner nuestra cuota

  • De sacrificio
  • De tenacidad
  • Y no dejarnos llevar por lo que es fácil y superficial.

Hay muchos que ponen su vida al servicio de un ideal grande, noble, enseñando, cuidando enfermos, dedicándose a las misiones, desempañándose como buenos padres de familia o diligentes profesionales, etc, y canalizan todas sus energías para alcanzar la meta.

Esto consiguen:

  • Pensando mucho,
  • “acariciando” su idea,

 Y así terminan por obsesionarse de ella, ordenando en este sentido cuanto tienen, aunque muchas veces les exija esfuerzos muy penosos, verdaderos sacrificios.

Pero el que tiene constancia vence, y la alegría y satisfacción llenan su vida…

En la primera “caminata de primera clase” tuvimos que cruzar ríos con el agua hasta la cintura, bañados llenos de mosquitos, pajonales y cañadones, pero cuando llegamos a la meta, nos revolcamos en el suelo por la alegría, reímos y gritamos de pura satisfacción porque habíamos llegado…

Así tu; siempre adelante, con dificultades o sin ellas, y cuando llegues, ¡nadie podrá privarte del íntimo gozo de una meta conquistada!

Ni te molestes en poner atención en los que se te ríen, te aconsejan mal o simplemente te miran con lástima. Ellos son los dignos de lástima, pues viven rastreros y sin ilusiones.

Pero tú… siempre adelante y cada vez más arriba…

 

 

(del libro “Cristo y el Scout” de Carlos Kunitzki, c.m.f.)

 

Tortuga Alegre

 


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