Un prisionero es atado fuertemente a un árbol del bosque por su guardián o guardianes, haciéndolo en un tiempo limitado, por ejemplo, cinco minutos. (obviamente no se atará a nadie, pero se marcará un espacio muy pequeño de donde el prisionero no podrá salirse a no ser que sea rescatado por alguno de sus amigos.)

Atado el prisionero, el guardián se aleja unos diez pasos hasta encontrar un lugar cómodo desde donde vigilar a su cautivo. 

El árbitro dejará pasar unos momentos para que el prisionero pueda quejarse de lo incómodo que está y de lo apretadas que están las ligaduras. Una vez que el guardián haya revelado la clase de muerte que correrá el prisionero si sus amigos no logran liberarlo dentro de un cierto tiempo, ya que no hay esperanzas de que pueda desatar los nudos en la oscuridad, se impone un profundo silencio. 

El árbitro deja salir entonces de su escondite a los amigos del prisionero, uno por uno, para que vayan a liberarlo sin detenerse. El guardián estará armado con una linterna y si ilumina de plano al acechante, éste queda eliminado, tal como si fuera muerto por el guardián. 

El número de veces que puede encender la linterna, es limitado (nº de rescatadores mas un 20%). El guardián no podrá moverse de un sitio previsto.

El juego finaliza si alguno de los rescatadores libera de su prisión al prisionero sin ser iluminado por la linterna del guardián, o si todos los rescatadores son muertos por el guardián tratando de rescatar al prisionero.

Tortuga Alegre


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