Se acepta en general que la costumbre de saludar a la toldilla proviene del respeto que los antiguos marinos sentían por el altar pagano levantado a bordo de los buques; sin embargo algunos investigadores están en desacuerdo con esta explicación y oponen el argumento de que desde los primeros años de formación de la Armada Británica cuando alguien llegaba a la toldilla y saludaba, todos los que se encontraban en ella retribuían el saludo descubriéndose (antigua forma de saludar).

De acuerdo con la mayoría, la explicación más razonable parece ser que se saludaba ese sitio por ser el destinado a la autoridad y por hallarse además próximo al pabellón.

Por otra parte, está probado que a bordo de los buques griegos, romanos y cartagineses se hacían genuflexiones y reverencias ante los templetes paganos, con lo que se reverenciaba a los dioses del mar.

Con el advenimiento del cristianismo la misma pleitesía fue rendida al alatar de la Virgen.

Las banderas adquirieron entonces un doble significado, pues al mismo tiempo que representaban a la religión y al Estado, eran emblemas de las casas de los gobernantes.

La costumbre citada de rendir homenaje de respeto perduró aún después de suprimirse altares a bordo de los buques.

Dado que los reyes de entonces gobernaban según el sistema denominado del “derecho divino” resultó que las banderas, al representar a la iglesia y al estado, combinados, se convirtieron en el objeto principal de todos los homenajes.

En aquellas tan antiguas formas de respeto se ha originado la costumbre de los católicos de sacarse el sombrero al pasar frente a una iglesia o la de los europeos de descubrirse ante las tumbas del Soldado Desconocido.

La toldilla ha sido considerada como un lugar sagrado desde los días más remotos. El Capitán Basil Hall de la armada británica al escribir en 1831 sus recuerdos de guardiamarina dice:

“Cualquier persona incluyendo al comandante, que pise la toldilla lleva su mano a la gorra, y como” “este saludo se dirige al lugar en sí, todos los que en ese momento tienen el honor de estar allí están obligados a retribuir el saludo descubriéndose, aún cuando sea un Guardiamarina el que llega y saluda deben contestar todos, hasta el Almirante, si en ese momento está en toldilla”.

“Esta costumbre llega a arraigarse en tal forma que, aunque uno pase por toldilla en plena noche y no haya nadie allí lo mismo saluda.”

Lo dicho hasta aquí es suficiente para demostrar que el saludo a la toldilla constituye una muestra de respeto al pabellón, símbolo del Estado, y al lugar reservado a la autoridad.

 

Toldilla:

Cubierta parcial que tienen algunos buques a la altura de la borda, desde el palo mesana al coronamiento de popa.

 

(fuente: apuntes Biblioteca Eleazar Videla - Puerto Belgrano)

 

 

Tortuga Alegre


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