Pero no siempre en nuestros lugares de campamento tenemos la posibilidad de obtener este tipo de alimento. Por suerte la industria de conservas muchas veces nos facilita la tarea de poder incluir al pescado en nuestro menú.

Por las dudas damos las dos proporciones.

Para una patrulla se utiliza, si pica, un pescado mediano; si no una latita de merluza en aceite o cualquier otra conserva similar.

Si pudimos pescar, abrimos al medio el “trofeo”. De lo contrario, abrimos la lata.

Mojamos la miga de un pan en vinagre, la exprimimos y la picamos junto con el pescado. Le agregamos una cucharadita de perejil picado, un poquito de mostaza, sal, pimienta, si tenemos un poquito de queso rallado, dos huevos y dos cucharadas de harina. Mezclamos todo bien hasta obtener una pasta. Hacemos con ella bolitas (ni muy grandes ni muy chicas) y las pasamos por huevo y pan rallado.

Las freímos mientras cantamos “La bela polenta” y luego ls comemos acompañadas por una buena ensalada de zanahorias ralladas. No olvidarse de rociar TODO con abundante jugo de limón; nuestros hígados agradecidos…

 

 

 

(de la revista Siempre Listos – Abril 1980)

 

Tortuga Alegre.

 


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